Los primeros años de vida son esenciales para el desarrollo vital de una persona, ya que en esta etapa la genética y las experiencias con el entorno perfilan la arquitectura del cerebro y diseñan el comportamiento humano.
En esta etapa, la madre puede establecer y fortalecer los lazos afectivos con su bebé, mientras le da de mamar
A partir del cuarto mes de vida, será la sonrisa la reacción que los bebés tendrán a la imagen del rostro materno o de otra persona, también a los sonidos, al tacto, y empezarán a responder a las alteraciones de su entorno.
Los bebés empiezan a relacionarse más estrechamente con la persona que más lo cuida, y puede manifestar temor a las personas extrañas y actuar con más cuidado frente a nuevas situaciones.
Bibliografía
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